33 - Elroy - Elroy

Elroy – Elroy

33 - Elroy - Elroy
Tapa del disco Elroy, de Elroy (2021)

El debut solista del menor del clan musical neozelandés Finn (tío Tim, padre Neil, hermano Liam) se hizo esperar. No por infancia musical, endeble capacidad o figura amenazante de un pasado familiar apabullante. Sino porque toda obra de arte requiere y merece su tiempo. Y es que Elroy (2021) es exactamente eso.

Como álbum, creo que debería verse como una pieza integral de distintos estadíos de experimentación multi-instrumental. Abundan los juegos de disonancias y líneas vocales entramadas en un juego de tensión y distensión (The Whole Thing), el uso de instrumentos deformados al grado de lo foráneo (The Highest Tree, Frogs), groove y sensualidad (Worth The Wait, Lost Our Mystery –tema preferido de Neil Finn, con un brillante solo de bajo eléctrico– o Excite Me Much), la alteración vocal como elemento constitutivo musical (Life is At Home) y una casi incontable cantidad de recursos y pequeñas particularidades que ubican el debut de Elroy Finn como músico solista dentro de las producciones más grandes e interesantes de este año, demostrando su capacidad adquirida durante años de carrera acompañando a su hermano, Wild Nothing, Connan Mockasin y ahora Crowded House.

Sin embargo Elroy es más cercano a un estado de mente que un disco; un estado de relajación plena que evoca la liviandad previa al momento de quedarse dormido. Es una vivencia ofrecida directa y sin censura desde la más profunda sensibilidad del menor de los Finn (que, quizás para buscar identidad propia, decide desprenderse de su apellido), responsable de escribirlo, producirlo, grabarlo y mezclarlo.

Es un disco maduro, personal y personalista. Es íntimo y complejo, experimental en el sentido no de la búsqueda sino de la insistencia en la expansión del cúmulo artístico hacia la construcción de un medio vivencial sonoro y único. Lo demuestra en su totalidad pero especialmente en Lost Our Mystery, Life Is At Home y Bye For Now, no como ejemplos sino puntos recomendados de atención, de profunda resolución, de atenta introspección en el arte de la escucha musical. Porque Elroy es un todo y, como tal, debe sentirse así.