Casiotone for the Painfully Alone - Pocket Symphonies for Lonesome Subway Cars

Casiotone for the Painfully Alone – Pocket Symphonies for Lonesome Subway Cars

Casiotone for the Painfully Alone - Pocket Symphonies for Lonesome Subway Cars
Tapa del disco Pocket Symphonies for Lonesome Subway Cars, de Casiotone for the Painfully Alone

El artista

Owen Ashworth, músico estadounidense nacido en San Francisco, California, y luego basado en Portland, Oregon, comenzó su proyecto Casiotone for the Painfully Alone (CFTPA) después de abandonar la escuela de cine en 1997. El proyecto se estableció inicialmente bajo reglas similares a las del manifiesto cinematográfico Dogme 95 (documento redactado tras la fundación del movimiento que lleva el mismo nombre por los cineastas daneses Lars von Trier y Thomas Vinterberg, que establecía normas para realizar películas de acuerdo a los valores tradicionales de historia, actuación y temática), que incluían hacer canciones cortas, compuestas en la tonalidad de do mayor y usando solamente las teclas blancas de los teclados Casio (eligiendo Ashworth inicialmente el Casio SK-1 y varios modelos distintos de Casiotone).

El estilo musical del proyecto se caracterizó por usar ritmos producidos electrónicamente, teclados baratos y letras lentas y francas, acercándose en sus influencias a bandas de la escena indie estadounidense como Bright Eyes o Atom & His Package en lo instrumental, y Stephen Merritt (de The Magnetic Fields) y The Mountain Goats en lo vocal.

CFTPA lanza su primer disco, Answering Machine Music: A Brief Album in Twelve Parts (1999), un disco levemente conceptual que reúne varios mensajes de voz con acompañamiento musical, en su propio sello, Cassingle USA. Varios de los temas fueron grabados directamente en su máquina contestadora.

Su siguiente disco, Pocket Symphonies for Lonesome Subway Cars (2001), se publica en el sello Tomlab (responsables de todas las ediciones de CFTPA, incluído el relanzamiento de Answering Machine Music ese mismo año) e incluyó batería y violoncello como instrumentos «reales».

El año 2003 vio la publicación de Twinkle Echo y tres años más tarde Ashworth lanzó Etiquette, álbum donde no sólo incluyó mayor instrumentación acústica sino que vio una solidificación de su estilo y un sonido más orgánico y parejo.

Entre 2006 y 2009 trabajó junto a varios artistas como Dudley Benson (artista experimental de Nueva Zelanda) y la banda Headlights, mientras preparaba el material para el quinto y último disco de CFTPA, Vs. Children (2009).

En 2010 el músico anunció el retiro de Casiotone for the Painfully Alone y todos los temas que compuso bajo ese nombre, realizando un show despedida el 5 de diciembre de 2010 (13 años luego de su debut, habiendo lanzado cinco LP y un EP en estudio, tres recopilaciones, y hecho gira con artistas como The Donkeys, Papercuts, The Rapture y Xiu Xiu).

Ese mismo año comenzó a trabajar en un nuevo proyecto, Advance Base, que se apoya menos en instrumentos electrónicos baratos y sirve de espacio para que Ashcroft pueda desarrollar una escritura mayormente instrumental y mejorar sus capacidades como arreglador y compositor. Bajo el nombre de Advance Base publicó 4 discos en estudio (el último en 2018) y dos compilaciones.

El disco

Pocket Symphonies for Lonesome Subway Cars es el segundo disco de Casiotone for the Painfully Alone, lanzado en 2001 a través del sello Tomlab y remasterizado y relanzado en 2005 junto al primer disco del proyecto, Answering Machine Music. La banda galesa Los Campesinos! hizo un cover de la canción Yr Boyfriend y la lanzó como lado b de su simple My Year in Lists.

Los 16 temas fueron escritos y grabados por Owen Ashworth (teclados y voces) y contaron con la participación de Jason Quever en violoncello y Cass McCombs en batería. La técnica estuvo a cargo de Ashworth, Quever y R. Williams.

La música

Hay un refrán que es conocido hasta el límite de mi generación, más cercana a los 40 que a los 20: «lo bueno, si breve, dos veces bueno». No sé si tiene sentido (y como no soy refranero lo tuve que googlear), o si el sentido que le pertenece no es el apropiado para lo que quiero decir. Pero Pocket Symphonies for Lonesome Subway Cars es un disco breve (menos de 35 minutos, con canciones que oscilan entre los tres minutos y medio —Destroy the Evidence–, y los cincuenta segundos —Dying Batteries, apto título para una perfecta miniatura que se desvanece–). Y a disco breve, reseña breve.

El atractivo principal de Pocket… recae en la simpleza, la construcción minimalista que se apoya en algún gesto repetitivo electrónico (sea drum machine, base melódica grave, ruido…) sobre el cual Ashworth decora su declamación cuasi susurrada, sentida, profunda y desnuda con alguna pequeña melodía diseñada desde la insistencia. Todo está estructurado acorde a sí mismo y a su propio contexto dentro del disco, todo a escala, todo despojado, breve y simple. Es así que, por ejemplo, la percusión de la drum machine sucia, filtrada y aplastada dentro de la mezcla nunca abruma ni opaca los pads del sintetizador o la voz.

Nada es puro, todo tiene tratamiento, todo tiene crunch y ruido blanco, todo está manchado, pero en un equilibrio tan sutil y perfectamente balanceado que sustenta la certeza de que nada en Pocket… es casual ni improvisado. Lo simple nunca es sencillo. Oh, Contessa! es un perfecto ejemplo de esto: base rítmica con tierra y al frente, voz totalmente sobresaturada hasta el punto límite de la incomprensión, y un pequeño pad electrónico a modo de tema limpio, cristalino, casi foráneo. En todo esto, como postura constitutiva de la construcción sonora de Ashworth, encuentro imposible desprenderme de la comparación con gran parte del trabajo de Stephen Merritt (sobre todo en lo que respecta al tratamiento de los instrumentos), logrando CFTPA una suciedad aún más apelmazada que la de The Magnetic Fields, sin llegar al límite de la ruindad absoluta.

Y si hay dudas de que Merritt y Ashworth vinieron de lugares o influencias similares, sólo hay que prestar atención a las letras de algunas de las canciones de Pocket… y encontrar similares tristezas, desamores, melancolía. Lo que realmente debería entrar dentro del género emo (a pesar de ser ubicado bajo el manto absurdo del «indietronica», el «lo-fi» o, una vez más, el «indie pop»): una real emotividad plagada de angustia y entrega absoluta a la soledad. Tonight Was a Disaster («and crying in the cab ride home with the Frank Sinatra on the radio, but it might as well have been Lil’ Kim when every song you hear still reminds you of him»), Destroy the Evidence («there are 26 steps to your, door but I won’t be counting those anymore»), Caltrain Song («I heard the words come out of my mouth and I watched your face fall»), Dying Batteries («but before you let the room go to ice I remind you that the song on the radio is nice so let’s just listen») o Lesley Gore on the T.A.M.I. Show («I finally wrote you the letter with all the things I’ve been meaning to say, but I was walking to your apartment and the letter fell out of my pocket on the way; seven pages on 16th street; I lost my words under tires and feet and you’ll probably never have a clue coz I’ll probably never say a thing to you»), son sólo unos pocos ejemplos del lamento mundano y cotidiano, privado y elocuente puesto y regalado en la música de CFTPA.

Pocket Symphonies for Lonesome Subway Cars es repetitividad, es miniatura, es simpleza, es suciedad, es «lo-fi», es alta calidad en un paquete mediocre, es cinismo y melancolía y pureza y tristeza y esperanza simplista; es exploratorio de un estilo replicado pero no agotado, que se sustenta en un marco de insistencia armónica y estructural (en este caso, a diferencia de otros que reseñamos acá, que todos los temas estén en la misma tonalidad –las teclas blancas del Casiotone– no molesta en absoluto) para construir un confesional dulce y rupturista desde un dogma claro y logrado (canciones cortas en do mayor usando sólo las teclas blancas de los que para muchos de los que somos músicos –y particularmente de teclado– fueron nuestros primeros instrumentos) como manifiesto de que lo básico puede siempre ser complejo. Comparen nada más We Have Mice (en cualquiera de sus dos versiones) con Casiotone for the Painfully Alone in a Green Cotton Sweater para entender a qué me refiero.