28 - Emerson String Quartet - R. Schumann: String Quartets Nos. 1-3, Op. 41

Emerson String Quartet – R. Schumann: String Quartets Nos. 1-3, Op. 41

28 - Emerson String Quartet - R. Schumann: String Quartets Nos. 1-3, Op. 41
Tapa del disco R. Schumann: String Quartets Nos. 1-3, Op. 41, del Emerson String Quartet (2020)

La música

Los tres cuartetos op. 41 son los únicos que Robert Schumann compuso para este orgánico, siendo el resultado de estudiar los cuartetos de Haydn, Mozart y Beethoven, y animarse a profundizar en otros géneros (hasta su matrimonio con Clara Wieck en 1840 sólo se había concentrado en música para piano solo). Como conjunto son obras que, a pesar de no haber sido olvidadas en el repertorio, carecen del volumen de grabaciones y versiones diversas con la que cuentan las del mismo género de sus pares inspiradores.

El cuarteto Emerson, agrupación de larga data en la escena musical mundial aporta una lectura única, sútil, contenida y minuciosa de estas páginas y ofrece un corpus brillante que permite conocer en profundidad el genio compositivo de Schumann aplicado a la fragilidad de la escritura cuerdística, junto con la notable identificación de sus influencias beethovenianas.

Un enfoque de este estilo puede, seguramente, generar detracción en aquellos melómanos que esperan la grandilocuencia, afabilidad e innovación del Schumann pianístico (o, inclusive, del orquestal). Pero la versión del Emerson no podría ser más correcta porque entiende que en la contención se encuentra el verdadero mensaje.

El ensamble está grabado a cierta distancia, sin pretender acercar los micrófonos al punto de rozar los instrumentos, otorgando claridad, profundidad, limpieza y espacialidad a cada una de las obras, todo esto logrado también por la arquitectura de los salones de la Concordia College y la Drew University donde fueron grabados. Muchas versiones empastan la calidad interpretativa y la ensucian en el afán de ofrecer al oyente la sensación de ser parte del grupo. El debut del Emerson en el sello Pentatone, sin embargo, nos ubica a la distancia justa para percibir hasta el más mínimo detalle puesto en evidencia por un robusto conjunto de decisiones interpretativas.

Muchas versiones disponibles tienden a aportar el desenfreno vehemente e incorrectamente comprendido como incontenible de los ritmos beethovenianos a estos trabajos, logrando solamente perder las sutilezas rítmicas de cada pasaje, factor donde Schumann más muestra su progresismo dentro de la música de cámara. Esto es particularmente notable en el Assai agitato del tercer cuarteto y, especialmente, en el Andante, quasi variazioni del segundo, donde el control de la fluctuación rítmica en la variabilidad fingida de la temática melódica aporta el sustento fundacional del movimiento: su estructura peculiar, que resulta del equilibrio y el contraste entre las partes.

Estas tres versiones son imponentes en su soltura y firme comprensión de que desde el control deliberado es desde el único lugar donde el Schumann de cámara logra brillar en todo su esplendor. De cabecera.